"Cualquier civilización lo suficientemente avanzada tecnológicamente, es indistinguible de Dios". Axioma de la Federación de Planetas Unidos, inspirado en la Tercera Ley de Clarke.
Pues aquí estamos otra vez para comentar la segunda entrega de esta nueva temporada, en la que, ahora que se ha establecido el nuevo status quo con Christopher Pike como capitán provisional, la historia empieza a coger carrerilla. En este episodio, el USS Discovery sigue el rastro de una de las extrañas "señales rojas" dispersas a lo largo de la Galaxia, y termina encontrando, en un planeta a miles de años luz de la Tierra, a Nueva Edén, una anacrónica y espiritual colonia de seres humanos, que aparentemente fue salvada de un conflicto bélico en el siglo XXI por uno de los enigmáticos "angeles rojos", y teleportada al otro extremo de la galaxia, viviendo ahora con tecnología previa a los viajes espaciales. Lo que plantea un diléma ético a Burnham y a Pike, porque la Primera Directriz prohibe interferir con civilizaciones primitivas, y por tanto revelarse a los Edenitas.
Mientras tanto, en el Discovery, Tilly trabaja apresuradamente en el mineral de extrañas propiedades que recuperaron en el episodio anterior, para intentar dar con una solución para la tormenta de meteoritos que amenaza con aniquilar Nueva Edén, lo que le proporcionará algún quebradero de cabeza (literalmente), y le llevará a reencontrarse, de paso, con una vieja conocida, lo que dará lugar a... un giro inesperado de los acontecimientos.
Ha sido un episodio que nos ha tocado la fibra sensible a más de uno de los miembros del equipo, en vista de que dirige Jonathan Frakes, actor habitual de Star Trek La Nueva Generación, como el comandante Riker, y director de una de las películas más valoradas de la franquicia de Star Trek: Primer Contacto.
En esta entrega de nuestro podcast, analizamos este episodio, con un genuino sabor tradicional trekkie que nos ha gustado mucho, e intentamos adelantarnos a los acontecimientos mientras elucubramos sobre aspectos como la identidad de los Ángeles Rojos, que parece que van a acompañarnos toda la temporada.
Esperamos que este humilde contenido os divierta tanto a nosotros grabarlo, (y que nos disculpeis los ocasionales efectos especiales de acople de microfono, que a veces suenan como un regueldo de los klingons, después de comer fabada de Kronos, cosas de la técnica). Long life and fun!